El presidente oficialista de Venezuela, anunció la extensión por un lapso de 30 días más, el "estado de alarma" declarado el 13 de marzo de 2020.
El fundamento de la medida radica en el supuesto incremento de casos de COVID-19, virus declarada pandemia mundial por la O.M.S. Es la segunda extensión declarada por el "gobernante socialista", que ahora prorroga la vigencia de la medida hasta el 12 de junio.
Cabe destacar que en los últimos días, la expectativa de terminación de la medida, incentivó en el venezolano, la idea de la reactivación de la economía. Así, el flujo de personas en las calles aumentó. Ha de tomarse en cuenta que, millones de venezolanos viven el denominado "día a día", en medio de una profunda crisis económica, que lleva seis años continuos de recesión, hiperinflación y una violenta depreciación de la moneda local.
Según la fuente oficial, se han registrado 423 casos de COVID-19 en Venezuela, incluidos diez muertos. Las cifras oficiales son cuestionadas por sectores de la oposición, encabezada por el Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela, por parte de la comunidad internacional, entre esta, medio centenar de países, incluido su gran aliado, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.
Es importante señalar que, tras la declaración del "estado de alarma", continuarán suspendidas las actividades laborales, salvo aquellas que impliquen distribución de alimentos, seguridad, servicios básicos y aquellas que puedan desarrollarse bajo modalidad a distancia mediante el uso de la tecnologías de la información y comunicación (TIC's).
En un orden de ideas complementario, el estado de alarma decretado, causó diversas reacciones en las redes sociales, Los usuarios en twitter criticaron la medida del régimen, que extenderá el confinamiento de los venezolanos por 30 días más. Otros consideraron que el régimen mantiene el confinamiento como medida de control ante la escasez de gasolina, gas natural, fallas en el servicio eléctrico, agua potable, telefonía e internet, que se registra en el país, ya que, las estadísticas de muertes por otras razones, como cáncer y hasta por razones famélicas de desnutrición, son mayores en Venezuela.
Por su parte, la economista Sary Levy aseguró que la extensión de la cuarentena nacional para prevenir el COVID-19, realmente se deben a otras razones, como el desabastecimiento de combustible.
“Lo que estamos observando que estos cambios en la temporalidad e la cuarentena, no están asociados a los casos de COVID-19, sino a la existencia de gasolina en el territorio nacional”, dijo Levy
De igual forma, en una entrevista para Caraota Digital, Levy apuntó que realmente las motivaciones para mantener a los venezolanos en sus hogares son otras. La economista alertó que la productividad del país no puede funcionar sin el hidrocarburo.
En este mismo orden de ideas, Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica señaló que
“mantener paralizada la economía, en medio de la peor depresión económica de nuestra historia, y sin un Estado capaz de ofrecer algún estímulo, condena a los ciudadanos y a las empresas al colapso”.
Considera que la extensión del estado de alarma es “tan grave como la pandemia”, por lo que indicó que la cuarentena en el país debe empezar a levantarse.
"Esto es tan grave como la pandemia. En Venezuela. mantener paralizada la economía, en medio de la peor depresión económica de nuestra historia, y sin un Estado capaz de ofrecer algún estímulo, condena a los ciudadanos y las empresas al colapso. La cuarentena debe empezar a levantarse."
Asimismo, el director de Econométrica, Henkel García, indicó que los sectores a los que el régimen considera “no esenciales” —como el caso de las librerías— serán inviables financieramente, por la extensión del decreto de alarma, y “tendrán que desaparecer o reducir drásticamente su nómina”. García añadió que “todo ello destruye la demanda de tal forma que terminará afectando al llamado sector ‘esencial’”.
Es importante destacar la imperiosa necesidad de aplicar estrategias gerenciales adecuadas, innovadoras, creativas y de reingeniería, acompañadas de un excelente asesoramiento gerencial, administrativo y laboral, a fin de mantener las empresas en pié, ya que, esta medida de confinamiento, más temprano que tarde terminará siendo levantada, ya sea por decisión de quienes detentan el poder o producto de un posible colapso y eventual estallido social.
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