Por: Abg. MCs. Walther Colmenares.
Es un hecho que, el panorama mundial cambió, y dentro de lo que puede denominarse como “la alta gerencia empresarial”, ya las piezas en tablero de ajedréz económico y financiero, han comenzado a ubicarse en los espacios, que les permiten jugar su estrategia creativa de reinvención y adaptación a estos cambios.
Producto del confinamiento social, a consecuencia de la declaratoria de pandemia por parte de la O.M.S., ante el COVID-19, una enorme cantidad de empresas han sido forzadas a cerrar sus puertas, e incluso, declararse en estado de quiebra, ante la incapacidad de poder satisfacer sus gastos mínimos operativos, manteniendo márgenes de ganancias aceptables, ergo, gran cantidad de empleados han entrado en estado de cesantía, en algunos casos, cesantías no satisfechas por el colapso de los sistemas de seguridad social o regímenes prestacionales de empleo, frente al número tan elevado de indemnizaciones solicitadas, y junto a cada empleado cesante, han quedado familias con ingresos familiares disminuidos, lo que afecta seriamente su sustentabilidad...
Esta es, una realidad innegable, palpable por medio de la evaluación de los hechos acaecidos en los últimos meses en todo el mundo. Una vez que, algunos sectores sociales, sobre todo en Europa, salieron de su férreo confinamiento, se encontraron con un panorama distinto a lo que habían conocido hasta ahora, tiendas cerradas, mercados reducidos, producto de la disminución en sus ventas, locales comerciales cuya infraestructura física, habían sido reducidas a consecuencia de sus nuevos promedios de ventas.
De igual forma, la mayoría de empresas sobrevivientes, en condición de inquilinos o locatarios, se vieron forzadas a renegociar nuevos alquileres y condiciones con los propietarios de locales, y estos, se vieron forzados a ceder en negociaciones, a fin de evitar su colapso absoluto.
En el caso de las grandes corporaciones, empresas, o actividades altamente lucrativas, las mismas, también se han visto afectadas, tales como, la industria del cine y eventos de espectáculos públicos. Es así como, conciertos y grandes ligas deportivas, han perdido parte de la fanaticada activa que generaba sus ingresos, siendo las expectativas para los próximos meses, que esta actividad, no se restablecerá para llegar a ser igual que antes. Todos estos hechos, conforma una cadena consecutiva de eventos, consecuencia uno de los otros, que afectan y continuarán afectando a todos como sociedad.
Sin embargo, una élite gerencial vanguardista, adaptativa, extremadamente ingeniosa y creativa, ha continuado avanzando, posicionándose en el mercado y llenando los espacios vacíos dejados por el parque empresarial e industrial, sumergido en la parálisis paradigmática que les impide adaptarse, debido en parte, al temor a salir de su zona de confort, y por otra parte, a la falta de conocimiento y renuencia en encontrar el asesoramiento adecuado, a fin de hacer un acertado análisis de mercado, establecer nuevas y funcionales estrategias de marketing, así como, adquirir habilidades operativas para fijar nuevas formas de comercialización, a través de las tecnologías de la información y comunicación (TIC's).
En este orden de ideas, puede afirmarse que, son múltiples los factores del colapso financiero y cierre de empresas, todos coexistiendo en un punto preciso del espacio y del tiempo... Los afectados de forma perjudicial, podrían denominar a esta circunstancia como, "la tormenta perfecta", por el contrario, un sector más habilidoso, podría denominarla como, una reordenación del caos, que trae evolución, progreso (entropía) y, en consecuencia, nuevas oportunidades de negocios.
Lo curioso es que, estas mismas circunstancias generales, imperan en el caso de aquellas empresas que, con ingenio, se han reestructurado, a través de una labor de reingeniería, para adaptarse a la nueva realidad que ha afectado, y continuará afectando, la economía mundial en los años futuros más próximos. Ahora bien, dentro de ese caos y entropía, existen factores a tomar en cuenta, al momento de fijar las pautas a seguir en este nuevo orden económico, uno de ellos es, el regreso a la relativa "normalidad", producto de la percepción de confianza que pueda generar el descubrimiento, libre comercialización y adquisición de una vacuna contra el COVID-19, por parte de las diferentes sociedades en el mundo.
Por otra parte, además, inciden las medidas económicas, políticas y sociales, adoptadas por los diferentes gobiernos en cada uno de los países del mundo. Sobre todo, las grandes potencias como EEUU, China, y los países de la comunidad económica europea, haciendo la salvedad de un caso muy particular, como lo es Venezuela, que, sin ser una potencia, representa para los países democráticos, libres y capitalistas, una amenaza, al servir de sustento y fuente de riquezas para el narcotráfico, terrorismo y gobiernos de corte socialista comunista.
Ante este panorama, la gerencia de alto impacto, debe, no sólo subsistir, sino marcar el camino a seguir por el resto de empresas, a manera de guía, para fortalecerse, no sólo ellas mismas, sino a todo el parque industrial y empresarial a su alrededor, con el que interactúan, pues acá, se trata de participar en un juego de ganar ganar, en el que todos puedan morder o pellizcar, parte de la poca o mucha riqueza circulante, generadora de bienestar colectivo. Sólo tomando estrategias de inclusión, con miras al bienestar colectivo, podrá avanzarse más rápido en la construcción de un nuevo modelo económico mundial, que logre sustentar a la humanidad, y aquí, el reto se presenta con los gobiernos retrógrados, como los de corte comunista y socialista, que quedaron incrustados en las políticas del siglo pasado.
Ahora, en función de lo anteriormente expuesto, la mayoría se pregunta, ¿cuál es la estrategia planteada por esos gerentes vanguardistas? Tomando en cuenta que, la economía, el mercado y los clientes cambiaron, es requerido fracturar los viejos paradigmas a fin de dejar atrás el costumbrismo estéril, para abrir paso a la reinvención, por lo que, frases como "así lo he hecho toda la vida y siempre me ha funcionado", perdieron su validez, en consecuencia, enfocarse en el ahora, es el inicio para estructurar cualquier estrategia empresarial y de mercado.
Por esta razón, en las nuevas estrategias empresariales, es esencial mantener liquidez económica a manera de disponibilidad de capital, para aprovechar al máximo, las oportunidades de negocio, por ello, la infraestructura digital, ha pasado a ser más importante y tal vez más productiva, que la infraestructura física comercial y tradicional conservadora, ya que es una infraestructura de baja inversión, bajos costos, mayor alcance, alto impacto y masiva comercialización de productos y servicios. De esta forma, las empresas podrán lograr estabilidad, así como depurar y mantener sus nóminas.
Asimismo, en este proceso de reestructuración, las directivas de las empresas, que quieran insertarse y permanecer en el nuevo modelo económico comercial, deberán asumir un liderazgo positivo realista, a fin de establecer metas y objetivos claros, acordados en función de su nuevo target y de las condiciones de mercado, tanto directas, como indirectas, descubiertas, a través de estudios de mercado serios y confiables. Esto implica, la posibilidad de incursionar en nuevas líneas de producción y/o comercialización de productos que en la actualidad hayan comenzado a ser de mayor consumo en función de los cambios económicos, políticos y sociales, además de considerar seriamente, el formar nuevas alianzas comerciales para lograrlo... En este panorama actual, no es descabellado prever que, la cadena de comercialización se reduzca a fin de disminuir costos de producción con el objeto de llevar al consumidor final, productos más económicos y accesible, por lo que, podrán surgir, sociedades o alianzas estratégicas entre productores y comercializadores.
Respecto de las políticas comerciales a implementar, es recomendable evaluar nuevas estrategias de ventas, con apoyo en las TIC's, y nuevas formas de evaluar el desempeño de cada trabajador, tomando en cuenta, además, la creatividad, ingenio, capacidad de inventiva y valores personales, que faciliten el establecimiento de entornos laborales basados en la confianza y honestidad.
En este mismo orden de ideas, deben agilizarse los procesos productivos y comerciales, ya que, en esta nueva forma de mercado, la prevención cuenta, es decir, respuestas rápidas, lograrán aumentar las posibilidades de hacer buenos negocios de oportunidad. Aunado a todo esto, la fortaleza mental y emocional de las personas que conforman los equipos de trabajo, constituyen un pilar fundamental, pues, en definitiva, la fortaleza de una empresa, en gran parte, se sustenta en el talento humano que la integra, por lo que sostener un estado mental y emocional equilibrado, así como, una buena dosis de positivismo realista, es absolutamente recomendable. En este sentido, tomar distancia de focos pesimistas, podría ser uno de los objetivos primordiales en las estrategias a implementar, por lo que, invertir en capacitación motivacional y de toma de consciencia, es una excelente decisión.
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