Liderazgo de excelencia. ¿Cómo alcanzarlo?

Líder

Por: Abg. Walther Colmenares.
CEO Talentum, S.A.

Mucho se ha escrito acerca del liderazgo, sus tipos y las cualidades de un buen líder, sin embargo, cada una de esas características devienen de lo generalmente aceptado por los estudiosos del tema y la sociedad, por lo que, la innovación en este ámbito es tomada con precaución, posiblemente porque cada ser humano promedio, es el resultado de sus creencias, y estas a su vez, de sus experiencias de vida, proceso de aprendizaje que forja la personalidad.

En este sentido, innovar es para creativos valientes que no le temen al rechazo y que se esfuerzan por hacer realidad sus ideas, ya que, para quienes viven dentro de los límites de sus paradigmas mentales, lo nuevo, es percibido como una amenaza a sus conocimientos, estilo de vida y todo aquello que tienda a sacarlos de su zona de confort.

En este contexto, hablar de líderes positivos o negativos, sería redundar en una distinción estéril entre lo generalmente aceptado o no por la mayoría, pues si le preguntáramos a los nazis de la segunda guerra mundial, su opinión acerca de Hitler, tal vez, en esa época, hubiesen respondido que era un líder positivo e inspirador, con un carisma capaz de convencerlos para seguirlo, así como, alinear y compartir sus ideales, no por obligación, sino por convencimiento propio, aún y cuando, para el resto de las personas comunes, era sólo un psicópata más, y para los estudiosos del tema, tal vez un líder, aunque negativo.

De igual manera, si le preguntáramos a los líderes del Ku Klux Klan, su opinión acerca de un hombre como Mandela, probablemente nos dirían lo horrible persona que les parecía, simplemente porque representaba e inspiraba ideales contrarios a los suyos. Como se puede apreciar, es cuestión de perspectiva, la cual, es sustentada por creencias colectivas y personales, las cuales, se alinean en contextos y tiempos determinados.

Más que hablar de líderes y sus tipologías (autoritario, participativo o democrático, visionario, afiliativo, Etc.), quiero destacar la importancia de saber aplicar cada uno de estos tipos de liderazgo, conforme al contexto en el que se lidere, ya que, en una opinión personal, considero que ninguno de ellos es intrínsecamente bueno o malo, simplemente son distintas maneras de ejercer el liderazgo, las cuales, podrán funcionar o no, dependiendo de las condiciones y circunstancias contextuales, así como, del grupo de personas a liderar, que en esencia, difieren los unos a los otros dentro de un mismo grupo, aún y cuando compartan ciertos ideales o intereses comunes.

En este orden de ideas, un líder inclusivo y democrático con un matiz autoritario, tal vez sea el estilo adecuado para liderar organizaciones estrictamente de control y de mandos jerárquico subordinados, como la comunidad militar o un centro penitenciario. Solo, traten de imaginar al superintendente de un centro penitenciario, ejerciendo un tipo de liderazgo netamente democrático sobre el personal que custodia a un grupo de asesinos y mafiosos y ante la comunidad misma de estos reclusos… algo incongruente o complejo de imaginar ¿cierto? Tal vez, una mezcla de estilos de liderazgo sea lo más conveniente, ya que, dentro de la labor de un líder, existen matices y subgrupos de personas diferentes a liderar, así, tal vez, un liderazgo democrático podría funcionar dentro de la directiva o colaboradores más cercanos, y un liderazgo inclusivo pero autoritario, ante los funcionarios policiales que controlan y ejercen funciones de vigilancia sobre la población penitenciaria, asimismo, un liderazgo netamente autoritario dominante ante la población de reclusos, ya que estos, difícilmente percibirán al superintendente como un líder al cual seguir por convencimiento propio, puesto que en principio, ningún recluso se encuentra en prisión por voluntad propia.

Para cualquier persona que ejerza roles de liderazgo, es recomendable conocer las diferentes tipologías a fin de diferenciar sus ventajas y desventajas, lo que le dará las herramientas requeridas para realizar la correspondiente evaluación antes de aplicarlas, así como también, aprender a reconocer las características y cualidades del grupo a liderar dentro de un contexto determinado, tomando en cuenta, sus objetivos comunes y las metas que se quieran alcanzar. Por esta razón, no se trata sólo de dirigir por dirigir, sino de calibrar en forma adecuada al grupo y a cada uno de sus integrantes, mediante el debido acompasar, de esta forma, su labor podrá ejercerla de manera personalizada, tomando en cuenta las competencias de cada integrante, su actitud, aptitud y su estado emocional, así como, otros factores importantes al momento de delegar o asignar tareas, obteniendo resultados óptimos.

Ahora bien, tomando en cuenta que uno de los objetivos de Talentum, es divulgar información de valor que ayude a las organizaciones de tipo empresarial, me permito conglomerar algunas de las características que exhiben los líderes empresariales de excelencia, dejando de lado la retórica acerca de los conceptos que definen los diferentes tipos de liderazgo, características estas, generalmente aceptadas por los doctrinarios en esta materia y que sirven para desarrollar procesos exitosos de transformación organizacional.

Es sabido que la evolución y la transformación es una constante, y cada cambio evolutivo transformacional, trae consigo sus desafíos en un contexto altamente dinámico, y en algunas ocasiones, incierto. Por lo que, se recomienda que ciertas cualidades deben prevalecer en un líder para superar obstáculos, resolver imprevistos y transitar hacia el progreso. Adquirir estas competencias incrementan las posibilidades de éxito, ya que lo preparan para actuar frente a escenarios futuros desconocidos, objetivo que se puede lograr mediante herramientas como el coaching, el trabajo en equipo e incrementar la capacidad de los colaboradores para aprender y adaptarse. Entre estas cualidades o características, destacan las siguientes:


1. Servir de ejemplo, liderando mediante su comportamiento:

Las personas deben creer lo que se les dice. Y si desde una posición de liderazgo se indica el cumplimiento de medidas puntuales o el desarrollo de acciones específicas, se espera que quienes realizan dichas solicitudes sean los primeros en realizarlas y que lo hagan siempre que sea necesario.


2. Asumir protagonismo a través de una comunicación precisa y eficiente:

El liderazgo trata también acerca de transmitir confianza, tranquilidad y objetivos concretos. Este proceso involucra la capacidad de escuchar a los demás colaboradores, incorporar sus aportes de valor, e incrementar la interacción entre los equipos. Pero tomando siempre la responsabilidad de asumir decisiones.

Se trata de una característica que permitirá a las personas sentirse cómodas y comprometidas con las acciones que se toman.


3. Generar vínculos cercanos:

Relaciones verticales y horizontales con los colaboradores y cada área de la compañía, con los representantes de las organizaciones sindicales, y con las familias de los trabajadores.

Generar un sólido sistema de alianzas estratégicas, que involucre a todos los actores -externos e internos, primarios y secundarios- permitirá enfrentar los mayores desafíos y las situaciones más complejas. Para ello es fundamental desarrollar empatía, poniéndose en el lugar de los demás, comprendiendo sus preocupaciones, para orientar o enseñar a dar soluciones a sus problemas, a fin de lograr los objetivos propuestos. No se trata de resolverle a cada quien sus problemas, ya que esto equivaldría a hacerlos incompetentes y dependientes.

4. Capacidad de gestionar las vicisitudes con impactos de gran magnitud, reaccionando de forma adecuada:

Esta característica implica una cualidad de ser resiliente. Los líderes resilientes, se caracterizan por estar preparados antes de que sucedan las crisis, para poder reaccionar de forma efectiva, como, por ejemplo, reducir costos operativos de ser requerido, aún frente a circunstancias límite e imprevistas. Saber adaptarse o recuperarse frente a la adversidad, ayudando a todos sus colaboradores a transitar el camino de la superación a través de una labor de reingeniería, forma parte de las características de un líder de excelencia.


5. Flexibilidad de pensamiento y de conducta:

Como se expresó anteriormente, el cambio es una constante, por lo que la adaptabilidad es una cualidad que requiere de una presencia permanente. El requerimiento de adaptabilidad, involucra a las empresas y a las personas por igual. En este contexto, los líderes tienen que contar con la capacidad para asimilar los procesos de transformación e integrar a sus equipos a las nuevas dinámicas de trabajo. En una efectiva gestión del cambio, reside el éxito de una transformación organizacional.

Liderar implica adaptarse a las nuevas exigencias que plantea la realidad, asumiendo y entendiendo el contexto en el cual se debe interactuar, así como, hacer uso de la empatía respecto de las personas con las que se tienen objetivos comunes.


6. Visión contextual:

El liderazgo de excelencia, implica asumir la responsabilidad de trasmitir con claridad el rol que tiene la empresa en relación al aporte que está efectuando a la sociedad, y la importancia del rol que representa cada miembro dentro de la organización, en relación a su impacto en la sustentabilidad del negocio.

A partir de allí, favorecer el desarrollo de todos los miembros del equipo, para mejorar sus niveles de desempeño a fin de dar cumplimiento al objetivo común y facilitar a cada cual, el cumplimiento de sus objetivos personales. Para ello, es requerido que el líder establezca una plataforma de entendimiento, en la que, la confluencia del resto de sus características, faciliten la labor de motivar para el logro de resultados, mediante la inspiración a fin de canalizar la energía y el potencial del equipo.


7. Perspectiva diversa:

Si bien, el camino a recorrer para garantizar la igualdad de oportunidades en ambientes laborales es una tarea compleja, los líderes de excelencia comprenden que en la diversidad está la clave para mejorar la productividad y competitividad de las empresas. Fomentar la igualdad y equidad, entre otras variables de inclusión, dentro del contexto personal de cada trabajador y en el contexto particular de sus funciones dentro de la organización, es el gran desafío para los próximos años.


8. Visión de servicio:

Liderar hoy, implica dirigir como en otros tiempos, pero también implica servir de guía a los equipos durante el desarrollo de un proceso hasta que se cumpla el objetivo trazado, asumiendo riesgos y responsabilidades, tomando decisiones, rectificándose y recompensando. Esta orientación permite generar fidelidad, compañerismo, compromiso y buenos ambientes de trabajo, lo cual, deriva en una mayor estabilidad y permanencia de los mejores talentos en una compañía.


9. Mapear competencias:

Tener claridad sobre las fortalezas y debilidades de un equipo, y las habilidades con las que cuenta, tiene mucho valor en los procesos de toma de decisión. Este conocimiento le permitirá a un líder poder definir los roles de cada colaborador frente a una situación. También facilitará delegar responsabilidades en las personas adecuadas, y ofrecerá la posibilidad de desplegar estrategias de capacitación personalizadas, orientadas a mejorar el desempeño.


10. Visión estratégica y capacidad para planificar frente a lo inesperado:

Es indispensable que un líder sepa cuál es la situación actual de su empresa y sus equipos. Asimismo, es indispensable tener la capacidad de establecer sus objetivos y metas, ya que, saber a dónde se desea llegar, cómo lograrlo y el tipo de organización que se está buscando crear, es de suma importancia para lograrlo.

Contando con esta comprensión, dispondrá de elementos de juicio importantes para realizar planificaciones de acuerdo a las diversas circunstancias que se producen en la ejecución de una estrategia, sin importar lo imprevistas que éstas sean. Los líderes resilientes se caracterizan por estar preparados antes de que sucedan las crisis.


Conforme a lo anterior, puede deducirse fácilmente que una de las mejores inversiones a realizar en toda organización empresarial, es la formación de su personal, de esta forma, podrá construir ambientes de trabajo óptimos, con excelentes liderazgos, equipos de trabajo cohesionados y preparados para afrontar los cambios evolutivos del mercado, materia prima para construir empresas sanas, productivas y con alta rentabilidad.

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