Todo empresario o emprendedor, sueña con alcanzar el éxito al materializar su idea de negocio, sin embargo, para ello, ha de sortear un número considerable de factores que inciden de manera directa e indirecta en el crecimiento progresivo de su empresa, y uno de los factores que más pueden afectar la productividad de un negocio, es la falta de competencias adecuadas por parte de los empleados para llevar a cabo sus tareas de manera óptima.
Esta falta de competencias revela la importancia de realizar, no sólo una buena selección de personal, mediante la adecuada investigación de los sujetos postulantes a cada cargo dentro de la organización, sino además, mediante entrevistas de trabajo en las que puedan descifrarse las competencias cognitivas y emocionales de cada aspirante, ya que, los estados emocionales predominantes de un trabajador, influyen enormemente en las decisiones que toma, así como, en su desempeño al momento de ejecutar las funciones de su cargo, es decir, la emocionalidad, en la mayoría de los casos, influye sobre las capacidades racionales cognitivas.
Asimismo, es igualmente importante, implementar un plan de capacitación para asegurarse de que la empresa cuente con personal calificado para cumplir con los objetivos establecidos. En este sentido, vale insistir que la formación continua del capital humano es una inversión y no un gasto, inversión que, a mediano y largo plazo, traerá un aumento en la productividad de la empresa, ergo, un aumento de su rentabilidad.
Los siguiente, son algunos de los motivos por los que se
recomienda invertir en la formación educativa de los trabajadores:
Conservación del talento humano
El mercado laboral es cada vez más exigente y competitivo, y
la brecha de conocimiento entre las distintas generaciones de trabajadores
puede llegar a ser notable. En este sentido, la formación se ha convertido en
una inversión requerida para el bien de las empresas, ya que aumenta la
confianza y motivación de los empleados, reduciendo los niveles de estrés y
ausentismo. Finalmente, todo esto se traduce en bienestar, productividad y lealtad
hacia la empresa, lo que dificultará la labor de los llamados “caza talentos”,
quienes operan en el mercado laboral, en la búsqueda y reclutamiento de los
mejores talentos, con el objetivo aumentar las posibilidades de éxito de las
empresas o industrias que los contratan, al tiempo que reducen las ventajas
de la competencia.
Incremento en la producción empresarial
Los conocimientos y habilidades que los trabajadores
adquieran para llevar a cabo sus tareas se verán reflejadas en su
productividad. Una capacitación adecuada, les permitirá aportar soluciones
ingeniosas ante los nuevos desafíos del mercado, así como, abarcar más ámbitos,
cubrir un mayor número de proyectos, para mejorar la producción y la
competitividad del negocio.
Nuevas áreas de negocio
Un personal capacitado es mucho más independiente, proactivo,
ingenioso y creativo, por lo que aumentarán los recursos de la empresa, así como,
la flexibilidad de pensamiento en sus grupos de trabajo, y con ello, aumentará
la posibilidad de explotar nuevas áreas de negocio.
Reducir la sensación de estancamiento
El aprendizaje continuo ayuda a que los empleados se sientan
motivados y útiles. Reduce también la sensación de que su trabajo es monótono y
les impulsa a afrontar nuevos retos.
Mejorar el medio ambiente de trabajo
Si bien, optar por conseguir la formación del personal con
un proveedor externo, es una magnífica inversión para el negocio, también es
válido buscar al interior de la empresa, qué conocimientos, destrezas y
habilidades, ya existen entre los miembros del personal, para crear programas que
faciliten su divulgación a los demás miembros de la empresa. De esta manera, no
sólo se estará capacitando a los empleados, también se mejorará la integración
y el clima laboral.
Crear una cultura organizacional
La formación no sólo aporta productividad al negocio,
también es una manera inteligente de vender la imagen corporativa de la empresa,
lo que ayuda a la atracción y retención del talento.
Además de lo anterior, cabe abordar una de las preguntas que comúnmente se hacen los emprendedores y directores de empresas, la cual se refiere a ¿En qué formaciones o áreas de conocimiento invertir?
En este sentido, es importante destacar las cuatro áreas en las que los empleados de dirección, administración, gestión y supervisión, suelen requerir capacitación: Nuevas tecnologías; Idiomas; Gestión gerencial y administrativa, y por último; liderazgo e innovación. Por el contrario, la capacitación requerida por el remanente del personal de una empresa, variará conforme al tipo de empresa, sus objetivos, su actividad de comercio y el cargo específico que desempeñe el empleado.
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